Francia , Las estrellas de Chartres

Francia , Las estrellas de Chartres


Un buen día, a través de un viejo amigo ingeniero nuclear en Francia tuve conocimiento de un extraño suceso. Al parecer, sobre territorio francés habían sido descubiertas unas gigantescas y enigmáticas figuras, Sólo visibles desde el aire. Presentaban la forma de “estrella”, con una serie de curiosas “coincidencias”. Las imágenes aportadas por el ingeniero eran elocuentes. Y puse en marcha la investigación.

Las "estrellas" aparecieron distanciadas unos 360 metros entre sí.

La respuesta del Instituto Geográfico Nacional del país me dejó perplejo. Las “estrellas” en cuestión existen, por supuesto, constituyendo a juicio de los especialistas galos uno de los más indescifrables enigmas con que se haya enfrentado la ciencia...

Todo arrancó en 1957. El mencionado Instituto había vado a cabo una rutinaria misión aérea sobre Chartres, fotografiando la zona situada al sur-sudoeste. A decir verdad, durante las tomas fotográficas, ninguno de los miembros de la tripulación y del equipo de Cartografía detectó nada anormal. La sorpresa llegaría poco después, cuando

los expertos se dispusieron a analizar las imágenes aéreas. Allí aparecía “algo” tan espectacular como inexplicable: unas curiosas alineaciones de manchas claras, regularmente espaciadas sobre diversos suelos de la región.

También la "luminosidad" de las "estrellas" era anormal.

La alineación principal sumaba una veintena de “manchas”, espaciadas entre sí unos trescientos sesenta metros y ubicadas sobre un eje casi norte-sur, con una declinación de siete grados y veinticinco minutos hacia el este.

El examen detallado de cada “mancha” reveló una estructura invariable esto es importante, en forma de “estrella” y de treinta y cinco metros de diámetro. El “hallazgo”, como digo, desconcertó a los geógrafos franceses.

Y los análisis se repitieron, así como las tomas aéreas. Todo coincidía.

El uso de la visión estereoscópica, con la ayuda de los clichés efectuados sucesivamente por el avión en su desplazamiento, permitió fijar un límite superior al relieve eventual de estos objetos, cuarenta centímetros, como mucho, con relación al suelo. Si las dimensiones y la estructura de estas “estrellas” son notablemente constantes, se puede observar en cambio que su “luminosidad” es muy variable.

¿Fueron los ovnis los responsables de estas huellas?

Sin embargo, dos fotografías diferentes que engloben la misma “estrella”, efectuadas el mismo día o con algunos días de intervalo, la muestran siempre en idéntico lugar, con similar contraste. Esto eliminó la posibilidad de un artefacto, convenciendo a los franceses de la innegable realidad de dichos objetos ópticos. (Los clichés originales fueron placas de 18 por 18 centímetros, con una emulsión pancromática sensible al espectro visible.)

Pero quizá uno de los factores que más impresionó y desconcertó a los investigadores fue la enorme semejanza existente entre las “estrellas”. Todas ellas, como fue dicho, alcanzaban los treinta y cinco metros de diámetro, con un total de nueve ramas. Cada uno de estos brazos aparecía integrado por cuatro círculos o puntos, perfectamente visibles. En total, pues, cada figura se hallaba “construida” por treinta y seis puntos.

Naturalmente, desde que estas enigmáticas imágenes fueran tomadas y descubiertas por el Instituto Geográfico Nacional Francés, las hipótesis para tratar de explicarlas han sido múltiples. Sin embargo, hasta el momento, ninguna puede estimarse como definitiva.

Para algunos, estas “estrellas” de nueve puntas pudieron ser la consecuencia de operaciones desplegadas por la Compañía General de Geología, a base de cargas explosivas colocadas a escasa profundidad y siguiendo una disposición en estrella. Con este procedimiento, no obstante, difícilmente se hubiera logrado una simetría tan perfecta y, mucho menos, un grado de luminosidad como el que ofrecían los círculos que conformaban las figuras.

Otros aseguraron que nos hallábamos ante restos de construcciones prehistóricas. Y algunos arqueólogos apuntaron la posibilidad de que dichas formaciones “en estrella” fueran “cromlechs”; es decir, monumentos de los antiguos druidas, formados por menhires dispuestos en círculo como en el caso de Carnac o en varios círculos concéntricos alrededor de otro menhir más elevado o de una piedra esférica.

Cuando los investigadores acudieron a los campos donde fueron fotografiadas las “estrellas” no hubo forma de encontrar un solo resto megalítico. Y la hipótesis prehistórica fue olvidada.

Por otra parte, ¿por qué los “cromlechs” existentes en el mundo no han podido ser fotografiados desde el aire con semejante nitidez y, sobre todo, con esa “luminosidad”?



¿Podía tratarse de otro fenómeno? ¿Quizá de las “huellas” dejadas por ovnis? Curiosamente, en uno de los números de Sdence et Vie se habla de la aparición de objetos voladores no identificados sobre esa región. El hecho tuvo lugar en octubre de 1954. Pues bien, al superponer una de estas alineaciones de ovnis sobre las de las “estrellas”, el cincuenta por ciento de las mismas coincidía.

¿ Casualidad?
La solución sigue sin aparecer. Y el mundo de la ciencia se enfrenta a otro misterio.



¿Qué son las “estrellas” de Chartres? ¿Quién las formó? Y, sobre todo, ¿con qué fin?
Fuente: J.J.Benitez:Mis enigmas favoritos

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